Unas lágrimas por el recuerdo de su imagen
Me di la vuelta lentamente y vi su imagen reflejada en el
espejo del fondo de la sala, helada, congelada, todo aquel adjetivo relacionado
con el frío era como me sentía; los recuerdos…sus recuerdos, volvieron a mi
mente, juntos, él y yo; risas, abrazos, besos, sonrisas; pero sobre todo
miradas, aquellas miradas con las que nos decíamos tanto, y a la vez tan poco;
no necesitábamos más. Cuándo estaba con él, el mundo a mi alrededor
desaparecía, el tiempo se detenía, solo existíamos nosotros…
Aun no podía aceptar que él ya no estaba, aquí, a mi lado,
susurrándome a cada instante uno de sus típicos “te amo” o los “tu eres mi
mundo, por ti respiro”, que tanto, tanto añoraba. Y ahora era yo la que no
podía respirar ya que él era mi razón por la cuál cambié mi mundo, y ya no
estaba aquí, apoyándome, de una manera u otra.
Todo lo pude evitar, pero en vez de eso dejé que siguiera
adelante hasta tal punto de haber sido asesinado, ¿por qué? Yo tampoco tengo
esa respuesta.
Mis ojos ya no podían aguantar más todas aquellas lágrimas
pero no quería, ni podía, volver a abrir
aquella herida que me iba matando poco a poco, sin darme cuenta. Pero ¿para que
engañar? Esa herida jamás ha sanado, cada vez parecía abrirse y profundizarse más,
aquel dolor me torturaba, quería sentirme fuerte pero todo esto lo hacia
difícil. Las ganas de llorar, de tentar a la muerte aumentaban pero no, por mi,
por él, por su recuerdo. Mi historia no puede caer en el olvido, la de él
tampoco, formando así nuestra historia…
No hay comentarios:
Publicar un comentario