Soy de esa clase de personas que cuando está mal lo menos que quiere hacer es salir, sea a donde sea, sea de fiesta, ir al cine o al parque, no soy de las que necesitan el alcohol para olvidar, ni la música a tantos decibelios que no pueda escuchar ni mis pensamientos, lo único que necesito es tiempo, tiempo para mi, y con ello me refiero a estar sola, necesito sanarme, ver en que fallo, que he hecho mal y que no me gusta y a partir de ese punto reconstruirme, coger todas las ruinas que soy e irme armando poco a poco, y a lo mejor lo consigo viendo series o películas, o puniendome música que no me permita escucharme ni a mi, o a lo mejor solo necesito sentarme en una esquina del cuarto y permanecer callada o llorar, o puede que necesite ponerme a bailar como si nada hubiese pasado, como si fuese feliz por un instante.
No me sirven los métodos de los demás porque los ataques de ansiedad se vuelven más duros, me falta más el aire, se me acumula el dolor en la espalda, y siento que me voy a caer y que no puedo controlarlo, la ansiedad me abruma y no consigo manejarla, por eso prefiero estar sola, porque nadie debe verme así, porque cuando estoy sentada en el suelo o en una esquina de la cama, con la cabeza entre las pierna intentando soportar el dolor que tengo en el pecho soy muchas cosas, pero nunca yo, y es muy triste ver a una persona tan destruida.
Así que me quedo en casa, digo que me voy a dormir y cierro la puerta de mi cuarto, y todo está en paz, todo menos mi cabeza y todo fluye a mal, y me siento y me escucho, y me recrimino y lloro, hasta que todo pasa, hasta que la cabeza me duele tanto que no puedo seguir dejando que eso me consuma, y entonces me levanto y me meto en la cama, me recoloco en mi posición favorita e intento quedarme dormida antes de que prefiera seguir consumiéndome, y rezo porque haya sido la última noche así, pero sé que no lo será así, así que solo espero que el dolor que me espera en las costillas al día siguiente no sea tanto y pueda seguir con mi máscara unas horas más, hasta que llegue la noche y me encuentre sola y pueda volver intentar sanarme.
Puede que sea de las peores maneras que haya para curarse de algo, pero es la única que me funciona, y si me tengo que destruir para poder reconstruirme que así sea, dure lo que dure, cueste lo que cueste.